MASAJE PERINEAL DEL SUELO PÉLVICO
Qué es el masaje perineal y quién lo realiza
El masaje perineal es una técnica de masaje que se realiza en el periné o suelo pélvico a modo de preparación para el momento del parto. Su objetivo principal es reducir la probabilidad de desgarro, gracias a un trabajo previo de estiramiento y flexibilización de la musculatura. La profesional sanitaria que lo realiza es la Fisioterapeuta especializada en Suelo Pélvico.
Además, el masaje perineal también será beneficioso para disminuir el dolor tras dar a luz, mantener hidratada la zona, mejorar el trofismo y la circulación, así como para ganar conciencia corporal de nuestro suelo pélvico, algo fundamental para las etapas posteriores al parto.
¿Cuándo comenzar con el masaje perineal?
Aunque siempre es necesario que una profesional sanitaria evalúe y valore cada caso de forma individual, el momento ideal para comenzar con este tipo de masajes suele ser entre las semanas 32 y 34 del embarazo. Una vez iniciado, se recomienda repetir el masaje perineal cada tres o cuatro días. Conforme pasen las semanas, aumentaremos progresivamente su frecuencia, hasta llegar a realizarlo en días alternos a partir de la semana 38.
¿Puedo hacerme yo misma un masaje perineal?
Efectivamente, la fisioterapeuta puede enseñar tanto a la paciente como a su pareja a hacerlo en la comodidad del hogar con seguridad. Es decir, no es necesario que todos los masajes se realicen en clínica. Sin embargo, es de vital importancia obtener, en primer lugar, el visto bueno de la ginecóloga para identificar posibles contraindicaciones, así como realizar una valoración sanitaria previa para evitar complicaciones con una fisioterapeuta especializada en suelo pélvico. Normalmente, esta valoración previa se hace en la misma sesión, justo antes de realizar el masaje. Es importante que, al menos, el primer masaje perineal se desarrolle en una clínica que cuente con autorización sanitaria.
Los videos o guías existentes en internet, o incluso artículos como este, describen técnicas que se aplican en la inmensa mayoría de los casos, pero no contemplan todas las posibles particularidades o complicaciones que, como puedes imaginar, son muchas y variadas. Nuestra recomendación será siempre ponerse en manos de profesionales sanitarias especializadas.
Por otro lado, también es bueno que la pareja aprenda a hacer el masaje perineal porque, en ocasiones, puede ser complicado para la paciente hacerlo por ella misma, sobre todo en las últimas semanas de embarazo.
Para facilitar el masaje, se puede emplear un lubricante de base acuosa o aceite de almendras. La preparación previa se limita a elegir un lugar tranquilo, limpio y relajado, higienizar correctamente las manos y recortar las uñas. La duración del masaje oscila entre los 10-15 minutos.
Contraindicaciones del masaje perineal
Las principales contraindicaciones del masaje perineal son:
- Infecciones (candidiasis vaginal, cistitis, etcétera): es importante no someterse a un masaje perineal si se sufre una infección urinaria o vaginal, ya que, tras la manipulación, hay riesgo de provocar un nuevo episodio. Debido al cambio de pH en el tejido que provocan algunas infecciones, como la candidiasis, esta técnica puede causar además mucha irritación, picores y la aparición de un flujo grumoso característico post masaje perineal.
- Varices vulvares: debido al aumento de vascularización, no son compatibles con esta técnica.
- Riesgo de parto prematuro: si nos lo han diagnosticado, el masaje perineal estará contraindicado.
- Cualquier otra contraindicación diagnosticada por un profesional sanitario especializado.
¿Cómo se hace un masaje perineal?
En primer lugar, debemos encontrar una posición cómoda, donde la paciente esté lo más relajada posible. Podemos estructurar el masaje perineal en dos partes diferenciadas: en una trataremos la musculatura superficial y en la segunda la musculatura profunda.
Musculatura superficial: realizaremos pases transversales que van desde un isquion a otro, aproximadamente unos 10-12 pases, haciendo hincapié en el núcleo fibroso central (NFC). A continuación, la dirección cambia desde isquion hacia pubis y de forma lateral a forma en L, a ambos lados de la apertura vaginal. Después cambiamos de ubicación, hacia posterior, entre NFC y esfínter anal. Haremos pases en forma de semicírculo o “arcoíris” desde un través de dedo por debajo del isquion, hacia el otro isquion, pasando por NFC.
Musculatura profunda: para simplificar, nos imaginaremos que la apertura vaginal es un reloj, partiendo desde la mitad hacia abajo. Durante el masaje, haremos mucho hincapié en el núcleo fibroso central o NFC, que correspondería con las 6 en nuestro reloj imaginario, presionando de forma mantenida con los dedos índice y corazón, en dirección hacia el ano, hasta ir notando como el tejido va cediendo. Es importante reseñar que, cuando tratamos tejido interno, debemos evitar la fricción, además de asegurarnos de no causar gran dolor o molestia aguda (tan solo debemos sentir un estiramiento del tejido). Para ello, contaremos siempre con el feedback continuo de la paciente. Cuando notemos que el tejido vuelve a relajarse, avanzaremos hacia la siguiente zona, que correspondería con las 7 en nuestro reloj, repitiendo el mismo procedimiento. Haremos lo mismo en las zonas 8 y 9 para, a continuación, realizar un tratamiento simétrico, partiendo de nuevo desde las 6 y finalizando, en esta ocasión, en las 3.
Poco a poco, notaremos que ganamos flexibilidad en nuestra musculatura. Lo recomendable es intercalar los auto masajes realizados en casa con las visitas periódicas a nuestra profesional sanitaria especializada en suelo pélvico para que vaya revisando nuestro estado conforme avanza el embarazo.
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Fisioterapeuta colegiada Nº 9527 por el Ilustre Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid y Osteópata por la UAH.