Cómo cerrar la diástasis Abdominal
¿Qué es la diástasis y por qué se produce?
La diástasis abdominal se produce por la separación de los músculos rectos del abdomen a consecuencia de una debilitación del tejido conectivo que se encuentra entre ambos. Este tejido, en buenas condiciones, tiene la fuerza suficiente para mantener unido el abdomen, pero en ocasiones, sobre todo cuando se produce o se presenta una distensión abdominal previa, el tejido se debilita, dando pie a que aparezca la diástasis.
Es un problema que existe tanto en hombres como en mujeres, pero suele ser más frecuente en mujeres, sobre todo debido a que, durante el embarazo, las posibilidades de sufrir esta disfunción aumentan considerablemente.
Tipos de diástasis abdominal
Podemos clasificar la diástasis en función del control que tiene una persona para mantener los músculos abdominales unidos cuando aumenta la presión abdominal.
- Diástasis funcional: es aquella en la que existe separación de los rectos, pero aún se dispone de competencia abdominal cuando se produce un aumento de presión, como por ejemplo al toser, al levantarse de la cama, al realizar ejercicios abdominales, etc.
- Diástasis no controlada: se observa un abombamiento en la línea alba cuando la persona realiza un esfuerzo que implica aumento de presión abdominal. Cuando esto ocurre, es muy importante acudir a un fisioterapeuta especializado para que realice una valoración y determine el tratamiento más adecuado a seguir.
Problemas derivados de la diástasis abdominal
Ya no es solo el mero problema estético (el abombamiento de la línea alba), sino que padecer de una diástasis puede acarrear otro tipo de problemas de salud a nivel interno. Normalmente, la gente que la sufre no tiene un buen control de la musculatura interna abdominal, sobre todo del transverso del abdomen. Este es un músculo que si se encuentra débil puede derivar en dolores a nivel lumbar, debido a los problemas posturales, y en disfunciones a nivel de suelo pélvico (siendo muy habitual la incontinencia urinaria), ya que no existe un buen reparto de presiones.
¿La diástasis se puede recuperar?
La respuesta es sí. Existen tratamientos especialmente diseñados para frenar, mejorar y rehabilitar la diástasis abdominal. En nuestras clínicas contamos con el bono diástasis para lograr esos objetivos, que consiste en diez sesiones a realizar en unos tres meses aproximadamente.
Si la diástasis es muy grande (más de 4 cm) y se observa mucho fallo en el control abdominal, lo más conveniente sería realizar una valoración por parte de un médico, ya que se puede llegar a plantear o puede requerir de cirugía. Si nos encontramos con casos así en clínica, siempre derivamos a médicos especialistas.
Para el resto de casos, la fisioterapeuta especializado en suelo pélvico puede valorar qué tipo de diástasis sufre el paciente e indicarle el tratamiento más efectivo para su recuperación.
¿En qué consiste el tratamiento para cerrar la diástasis?
La experiencia nos dice que para recuperar la diástasis debe existir un tratamiento activo. En nuestra clínica, ayudamos y guiamos al paciente a realizar diferentes ejercicios abdominales (hipopresivos, de control motor y de coactivación), tanto de la musculatura interna como de la externa, ya que debe existir una buena coordinación entre ambas para que el reparto de presiones sea adecuado.
Si fuera necesario, valoraríamos también la musculatura de suelo pélvico y, si existiese debilidad, también la trabajaríamos con ejercicios, electroestimulación, biofeedback y radiofrecuencia Indiba.
La radiofrecuencia con Indiba es un tratamiento que se considera un grandísimo aliado para la recuperación de la diástasis y que esta sea lo más completa posible. Consiste en una máquina que dispone de dos electrodos, uno con efecto a nivel más externo y otro a nivel interno. Indiba ayuda a regenerar las fibras de colágeno y elastina, que son las que forman el tejido conectivo que une los rectos del abdomen. Además, el tratamiento con Indiba ayuda a mejorar la calidad y el aspecto del tejido externo, es decir, de la piel.
¿Cuánto dura el tratamiento de diástasis abdominal?
Depende de cada caso, por lo que no es posible dar una respuesta cerrada. Tras la valoración inicial, el fisioterapeuta será capaz de estimar una duración aproximada del tratamiento. Los efectos beneficiosos de este se suelen comenzar a notar durante las primeras 5 sesiones.
Es importante saber que, como pacientes, tendremos que combinar el tratamiento en clínica con ejercicios en casa pautados por el fisioterapeuta.
¿Cuándo puedo iniciar el tratamiento de diástasis tras dar a luz?
Muchas mujeres sufren diástasis abdominal después del parto. La mayoría de ellas se recuperarán de forma natural, es decir, sin la necesidad de iniciar un tratamiento específico. Sin embargo, en algunos casos será necesario realizar una valoración previa e iniciar un proceso pautado para cerrar la diástasis y evitar los problemas asociados. Se recomienda realizar la primera valoración entre 4 y 8 semanas después de dar a luz. La fisioterapeuta, basándose en los indicios y resultados de dicha valoración, determinará en ese momento el inicio idóneo del tratamiento para cerrar la diástasis abdominal.
Ejercicios para cerrar la diástasis abdominal
Es de gran importancia destacar que estos ejercicios no deben realizarse sin la supervisión de un profesional de la salud y sin haberse sometido a una valoración previa por parte de un especialista.
- Ejercicios de control motor: Se trata de un programa de fortalecimiento que ayuda a activar la musculatura interna y se encarga de mantener un buen tono de la misma. Se combinan ejercicios de equilibrio y reeducación postural con métodos como 5P (tronco).
- Ejercicios de coactivación de la musculatura abdominal: Son aquellos que ayudan a mantener el cierre de los rectos del abdomen evitando así la apertura de la diástasis. Se combinan con movilidad de otras articulaciones para integrar esta activación en el día a día.
- Hipopresivos: Solamente indicados tras el visto bueno del fisioterapeuta. Tenemos que partir de una diástasis controlada y de un buen control muscular. Este trabajo ayuda a activar la musculatura interna, sobre todo el transverso del abdomen, realizando ejercicios a baja presión. Al realizarlos, se activa también la musculatura del suelo pélvico y se mantiene elástico el diafragma, que es de gran importancia para la correcta distribución de presiones.
