Cómo tratar la tendinitis con fisioterapia

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fisioterapia para tratar la tendiditis

La fisioterapia en tendinitis es un pilar fundamental para la recuperación de una de las lesiones más comunes en consulta. Cuando se siente un dolor punzante en un hombro, codo o rodilla que aparece con el movimiento, es posible que se esté lidiando con esta afección.

En este artículo explicaremos de forma clara qué es, por qué ocurre y, lo más importante, cómo un tratamiento de fisioterapia personalizado puede no solo aliviar los síntomas, sino también solucionar la causa del problema para evitar su reaparición.

¿Qué es la tendinitis?

Comúnmente se conoce como tendinitis a la inflamación de un tendón. Los tendones son el tejido conectivo, similar a una cuerda, que une los músculos con los huesos, permitiendo que la fuerza muscular se traduzca en movimiento articular.

Sin embargo, la investigación actual muestra que en muchos casos, especialmente los que se mantienen en el tiempo, no existe una inflamación real. Por eso, como profesionales de la salud, a menudo se utiliza el término más preciso: tendinopatía. Este concepto abarca un espectro más amplio de lesiones del tendón, que incluye:

  • Tendinitis: la fase aguda donde sí hay un proceso inflamatorio.
  • Tendinosis: una fase más crónica donde hay una degeneración y desorganización de las fibras del tendón sin inflamación.

Para que se entienda mejor: el tendón ha perdido su capacidad para soportar las cargas a las que se ve sometido en el día a día, ya sea en el trabajo, deporte o aficiones.

tendinosis vs tendinitis

Síntomas de la tendinitis

Aunque los síntomas pueden variar según la zona afectada, la mayoría de los pacientes refieren un cuadro similar. Identificar estas señales a tiempo es clave para evitar que la lesión se cronifique.

  • Dolor localizado: generalmente, se siente un dolor agudo y bien definido en el propio tendón o en su unión con el hueso.
  • Empeoramiento con el movimiento: el dolor suele aumentar al realizar la actividad que implica al tendón afectado y puede mejorar con el reposo inicial.
  • Sensibilidad al tacto: la zona del tendón suele estar muy sensible a la palpación.
  • Inflamación o engrosamiento: en algunos casos se puede apreciar una leve hinchazón o notar el tendón más grueso.
  • Rigidez articular: es común sentir rigidez en la articulación, sobre todo por las mañanas o después de periodos de inactividad.

Causas más comunes de la tendinitis

Una tendinopatía rara vez aparece por una única causa. Normalmente es el resultado de una combinación de factores que superan la capacidad de adaptación del tendón. Las más habituales son:

  • Sobrecarga por movimientos repetitivos: tareas laborales (uso del ratón, cadenas de montaje) o deportes (tenis, running) que implican un gesto repetido.
  • Aumento brusco de la carga: empezar a entrenar con demasiada intensidad, aumentar el peso levantado muy rápido o incrementar el volumen de entrenamiento sin una progresión adecuada.
  • Mala técnica deportiva o biomecánica: una ejecución incorrecta de un ejercicio o una alteración en la forma de moverse puede generar un estrés excesivo en un tendón concreto.
  • Factores individuales: la edad, ciertas enfermedades metabólicas como la diabetes, o patologías reumáticas como la artritis reumatoide, pueden predisponer a sufrir esta lesión.

Importancia de la fisioterapia en el tratamiento de la tendinitis

Acudir a un fisioterapeuta es crucial desde los primeros síntomas. Un tratamiento de tendinitis con fisioterapia bien planificado no solo persigue eliminar el dolor, sino que se centra en identificar y corregir la causa que originó el problema.

Ignorar el dolor o simplemente tomar antiinflamatorios es un error común. Esto puede enmascarar los síntomas mientras el tendón sigue debilitándose, lo que aumenta el riesgo de cronificación y de futuras roturas. El fisioterapeuta es el profesional sanitario cualificado para evaluar el caso y diseñar un plan de recuperación activo y seguro.

Casos comunes de tendinitis y su tratamiento fisioterapéutico

Existen diversas localizaciones en las que la tendinitis, o más correctamente, la tendinopatía, se presenta con mayor frecuencia. El abordaje con fisioterapia debe adaptarse siempre al tendón específico, considerando las particularidades anatómicas y funcionales de cada zona. A continuación, describimos los casos más habituales y su abordaje (en todos ellos puede aplicarse aparatología específica, como máquinas de radiofrecuencia):

Hombro: tendinitis del manguito rotador

Es una de las lesiones de hombro más comunes, sobre todo si se realizan actividades repetitivas por encima de la cabeza (natación, tenis, trabajos de pintura o construcción). Generalmente, afecta al tendón del músculo supraespinoso, aunque también puede implicar a otros músculos del manguito rotador.

El enfoque de tratamiento se centra en:

  • Calmar el dolor: en la fase más aguda, se busca reducir el dolor y la inflamación para que el paciente pueda empezar a moverse mejor.
  • Recuperar la movilidad: mediante movilizaciones suaves y ejercicios activos, se asegura que no se pierda rango de movimiento.
  • Reeducar el movimiento: un punto clave es el control motor de la escápula (el omóplato). Si no se mueve correctamente, el hombro sufre. Se educa al paciente para moverla de forma eficiente.
  • Fortalecimiento progresivo: este es el pilar de la recuperación. Se pautan ejercicios específicos, comenzando con isométricos (contracción sin movimiento) para aliviar el dolor y progresando hacia ejercicios excéntricos para regenerar el tendón.
  • Técnicas complementarias: si es necesario, se aplican técnicas como la punción seca en músculos como el trapecio para aliviar el dolor referido que a menudo acompaña a esta lesión.

Codo: epicondilitis lateral o «codo de tenista»

Esta lesión se produce por una sobrecarga de la musculatura extensora de la muñeca y los dedos, que se origina en el epicóndilo lateral del codo. A pesar de su nombre, es muy frecuente en personas con trabajos manuales repetitivos (fontaneros, electricistas, uso del ordenador).

El tratamiento de fisioterapia incluye:

  • Terapia manual: se utilizan técnicas como el masaje transverso profundo y la movilización de tejidos para reducir la tensión en la zona.
  • Ejercicios de fortalecimiento excéntrico: son la herramienta más potente para regenerar el tendón dañado. Se instruye al paciente para realizarlos de forma controlada y progresiva.
  • Estiramientos: ayudan a mantener la flexibilidad de toda la cadena muscular del antebrazo.
  • Educación y ergonomía: se analizan los gestos diarios o deportivos para corregirlos y evitar que la lesión vuelva a aparecer. A veces, un simple cambio en cómo se agarra una herramienta o se usa el ratón puede ser la solución.

Rodilla: tendinopatía rotuliana o «rodilla del saltador»

Como su apodo indica, es muy frecuente en deportes que implican saltos y aterrizajes constantes (baloncesto, voleibol, atletismo). El dolor se localiza justo debajo de la rótula y suele aparecer al empezar la actividad, desaparecer tras calentar y volver con más intensidad al enfriar o al día siguiente.

El plan de acción se basa en:

  • Fortalecimiento de toda la pierna: no solo hay un enfoque en el cuádriceps. Unos glúteos fuertes son esenciales para quitarle carga al tendón rotuliano. Los ejercicios excéntricos de cuádriceps serán una parte fundamental del programa.
  • Terapia manual: se trabaja para liberar la tensión de músculos como el recto femoral (parte del cuádriceps) o el tensor de la fascia lata.
  • Reeducación del gesto: se analiza la forma de saltar, correr y aterrizar para hacerla más eficiente y menos lesiva para la rodilla.

Talón: tendinopatía de Aquiles

Es una de las lesiones más temidas por los corredores, aunque puede afectar a cualquier persona. El dolor se siente en el tendón grueso que conecta los gemelos con el talón. A menudo se debe a un aumento brusco del volumen o intensidad del entrenamiento, un calzado inadecuado o una mala biomecánica.

El tratamiento estándar para esta lesión es:

  • Programa de ejercicio terapéutico: el protocolo de ejercicios excéntricos (como el conocido protocolo de Alfredson, realizado en un escalón) es la base para fortalecer y regenerar el tendón.
  • Gestión de la carga: se educa al paciente para que regule sus entrenamientos y así estimular el tendón sin sobrecargarlo. Es clave aprender a «escuchar» al propio cuerpo.
  • Análisis biomecánico: se revisa la técnica de carrera y la pisada para detectar y corregir posibles fallos que estén estresando el tendón.
  • Terapia manual: la movilización de la articulación del tobillo y el masaje de la musculatura del tríceps sural (gemelos y sóleo) son cruciales para mejorar la función.

Técnicas de fisioterapia utilizadas para tratar la tendinitis

Es importante entender que el pilar fundamental siempre será el ejercicio, y el resto de técnicas ayudarán a crear el escenario ideal para que el paciente pueda realizarlo sin dolor.

  • Ejercicio terapéutico: es la base de todo. Se diseña un programa de ejercicios de fuerza progresivos y adaptados a cada caso para devolverle al tendón su capacidad de carga.
  • Terapia manual: se utilizan técnicas manuales para mejorar la movilidad de la articulación afectada y relajar la musculatura implicada.
  • Punción seca y electropunción: muy eficaces para tratar los puntos gatillo miofasciales en los músculos que pueden estar sobrecargando el tendón.
  • Radiofrecuencia (Indiba): ayuda a reducir el dolor y acelerar la recuperación biológica del tejido gracias a su efecto de bioestimulación celular.

También es eficaz el uso de ondas de choque, especialmente en tendinopatías calcificadas, crónicas o en fase degenerativa, ya que estimulan la neovascularización y favorecen la reorganización del tejido tendinoso.

Beneficios de la fisioterapia en el tratamiento de la tendinitis

  • Alivio del dolor eficaz y duradero.
  • Recuperación de la funcionalidad para volver a las actividades sin limitaciones.
  • Fortalecimiento de la musculatura para proteger el tendón.
  • Educación del paciente para que entienda qué le ocurre y cómo evitar que vuelva a suceder.
  • Prevención de la cronificación y de lesiones más graves.

Ejercicios recomendados para la recuperación de la tendinitis

Es fundamental que cualquier programa de ejercicios sea pautado y supervisado por un fisioterapeuta. Una mala ejecución o una carga inadecuada pueden empeorar la lesión.

El tratamiento se estructura generalmente en fases:

  • Ejercicios isométricos: contracciones musculares sin movimiento. Son ideales en fases agudas para reducir el dolor (efecto analgésico) y empezar a activar el músculo.
  • Ejercicios excéntricos y de fuerza progresiva: una vez controlado el dolor, se introducen ejercicios de fortalecimiento (concéntricos y excéntricos) con una carga que se aumenta gradualmente. Este es el estímulo que necesita el tendón para regenerarse.
  • Ejercicios funcionales: se adaptan los ejercicios a los gestos del deporte o trabajo del paciente para asegurar una vuelta a la actividad segura y completa.

Consejos para prevenir la recurrencia de la tendinitis

  • Calentar siempre antes de cualquier actividad física.
  • Planificar los entrenamientos con una progresión lógica y no aumentar la carga o la intensidad de forma brusca.
  • Fortalecer la musculatura de manera global. Unos músculos fuertes son los mejores protectores para los tendones.
  • Cuidar la postura en el trabajo y en el día a día.
  • Respetar los descansos. La recuperación es tan importante como el entrenamiento.

Preguntas frecuentes sobre fisioterapia y tendinitis

¿Cuántas sesiones de fisioterapia se necesitan?

Depende de muchos factores: el tiempo de evolución de la lesión, el estado de salud general y el compromiso del paciente con el tratamiento. En la primera valoración se ofrece una estimación personalizada.

¿Es normal sentir algo de dolor durante los ejercicios?

El fisioterapeuta enseñará a diferenciar entre un dolor «aceptable» (que indica que el tendón está trabajando) y un dolor «malo» (que indica una sobrecarga). La comunicación constante es clave.

¿Es necesario suspender toda actividad física?

No necesariamente. En muchos casos, se indica una modificación temporal de la actividad (descarga) pero no un reposo absoluto. La fisioterapia trabaja para mantener al paciente activo dentro de los límites terapéuticos seguros, favoreciendo así la recuperación funcional progresiva. Sin embargo, en caso de lesión aguda, se deberá pausar la práctica deportiva.

¿Es mejor aplicar frío o calor?

Durante la fase aguda (primeros 3-5 días), se recomienda aplicar frío local (crioterapia) para disminuir la inflamación y el dolor. En fases posteriores, el calor puede ser útil para relajar la musculatura asociada y facilitar el trabajo terapéutico.

¿Qué pasa si no se trata una tendinitis?

Una tendinitis no tratada puede evolucionar hacia una tendinosis, una fase degenerativa del tendón con peor pronóstico, más resistente al tratamiento y con mayor riesgo de rotura tendinosa. Además, puede cronificarse y limitar la funcionalidad del paciente a largo plazo.

¿Es recomendable el uso de ortesis o férulas?

En algunos casos agudos o en localizaciones específicas (como la epicondilitis), puede indicarse el uso de ortesis temporales para reducir la carga sobre el tendón. Sin embargo, su uso debe ser limitado y siempre acompañado de tratamiento activo. El objetivo es recuperar la función, no sustituirla.

Conclusión

La tendinitis o tendinopatía es una lesión dolorosa y limitante, pero tiene solución. La fisioterapia en tendinitis no solo alivia los síntomas de forma temporal, sino que proporciona las herramientas y la fuerza necesaria para solucionar la causa del problema y prevenir futuras recaídas. Una valoración a tiempo es la mejor inversión en la propia salud.

Si sufres de tendinitis te recomendamos solicitar una cita en EstudioFisio, donde nuestro equipo de fisioterapeutas realizará una valoración completa para ofrecerte el tratamiento necesario que te permita volver a moverte sin miedo y sin dolor.

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Fisioterapeuta colegiada Nº 9005 por el Ilustre Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid. Fisioterapeuta por la Universidad CEU Cardenal Herrera y Osteópata por la Universidad de Alcalá UAH.

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